domingo, diciembre 03, 2006

Reflexiones sobre Género

Hoy en el Zócalo capitalino cómo todos los días estaban algunos danzantes, vendedores ambulantes, campamentos de la APPO, etc. Lo que más me llamo la atención fue un payaso que estaba rodeado de mucha gente y contando algunos chistes sobre políticos y algunos artistas.
Cuando me acerque nos empezó a decir que el era un apasionado de la picardía mexicana y que nos quería enseñar que tan ágil era el con los albures, pero que no cualquiera podía hacerlo ya que se necesita ser muy mexicano y muy ágil de mente para poder dominar el bello arte del albur. Comenzó a interactuar con gente del público que fascinados con la agilidad verbal del caballero lo único que hacían era morirse de risa sin poder contestarle palabra alguna.
Después los albures subieron de tono y el caballero empezó a usar a cierta parte de la población cómo objeto de su habilidad verbal, “las mujeres”, hubo un momento en que la única forma de referirse a las mujeres era de una forma sexual y humillante.
Al pasar los minutos, solo algunas personas se empezaron a retirar, y que viendo sus expresiones y oyendo sus comentarios me pude dar cuenta que empezaban a sentirse incómodos con los comentarios sexistas del caballero.
Lo que más me impresiono fue que solo una pequeña parte del público fue la que se sintió agredida y la gran mayoría, incluyendo hombres, niños y mujeres, se carcajeaban y regocijaban de una forma tal que era humillante verlos. El payaso decía que le gustaba que su habilidad verbal sirviera para poder hacer reír a la gente y hasta pasaba con una lata, para que le dieran algunos pesitos.No puedo negar que la habilidad verbal del caballero era muy buena, pero el uso que le estaba dando era de tal asquerosidad que con el simple hecho de usarla de esa forma, pierde todo sentido cómico. El machismo esta totalmente inmerso en la cultura mexicana hasta el nivel de que las mismas mujeres[1] no se den cuenta de esa cárcel cultural que tanto enorgullece al mexicano. Si quieres ser buen mexicano tienes que ser “muy pero muy macho”, sino eres alguien que no merece ser llamado hombre.
Esta absurda cortina la podemos encontrar en todo tipo de lugares, hoy que estaba caminando en la calle de Bolivar hay una cantina que tenía una placa de metal y decía, “Prohibida la entrada a personas armadas, perros y mujeres”, un vestigio más de el orgullo mexicano.
La costumbre de hacer a la mujer menos no solo se da en clases bajas, también la podemos encontrar en la llamada “gente bien”, esos especimenes que conducen coches ultimo modelo, que conocen París con la palma de su mano y disfrutan pasearse por ese metro tan apestoso, pero pues a ellos no les importa, en fin se dicen a ellos mismos “Estoy en París”. Esa gente que tanto presume de su progreso, de sus títulos universitarios que los sacaron a gota de barcardi en el Fishers, Big Yellow y demás antruchos de tercera.
En la explanada de nuestra universidad podemos oír comentarios tan pero tan mexicanos como, “ve que nalguita”, “yo a esa vieja si me la agarro”, “pinches viejas son bien pendejas”, oír este tipo de comentarios en una institución universitaria, en donde se supone que es un espacio de convivencia universal, en donde hay cabida tanto para mujeres como hombres, es aberrante, porque es en el espacio en donde debemos de empezar a tener una cultura de “igualdad de género” y en donde debemos de empezar a romper con esa tan estúpida cárcel cultural que tanto enorgullece al mexicano.
Compañeros, empecemos a cambiar esta actitud, no nos cuesta nada y es cosa de solo evitar decir comentarios machistas, mientras nosotros no cambiemos, México no va a cambiar. Compañeras, “no se dejen”, cada vez que oigan algún comentario sexista, háganle ver a la persona que dijo eso, lo equivocada que esta y lo mucho que ustedes valen.

[1] Con esto no quiero decir que todas las mujeres de México no se den cuenta de esta absurda cárcel cultural.

2 Comments:

Blogger kaluz said...

bueno el post pancho!

3:44 p.m.  
Blogger Jaime Schlittler said...

Completamente de acuerdo. Compañeras, ¡méntenles su madre cuando se pasen de lanza!

3:49 p.m.  

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